Resurrección de Cristo. |
Nuevamente el ritmo manierista de inestabilidad se aprecia en el Resucitado con su paso vacilante y sus vestiduras al aire. Con cascos del siglo XVI y armas de fuego, un anacronismo frecuente en los pintores de la época. Las santas mujeres se adivinan al fondo y lo árboles del paisaje quieren dar una nota de alegría en la luz fría del horizonte. El Señor parece hacer con sus dedos la señal de la victoria.