Venida del Espíritu Santo. |
Este cuadro está compuesto con acusada solemnidad en tres grupos de equilibrada simetría. Las dos grandes columnas del fondo señalan el central reservado a María y al Espíritu Santo. El rostro de la Virgen no está muy en línea con el de las vírgenes de Morales. La figura de San Juan aparece apasionada y con nerviosa silueta. María, en una escala mayor para indicar su prestancia, preside el misterio de recibir el Espíritu Santo junto a todo el apostolado.