Amarrado a la columna


Amarrado a la columna.
  Tiene Morales varias versiones de Jesús atado a la columna, pero esta nuestra es probablemente la mejor. Cristo ostenta al más bello desnudo que hiciera el pintor. Son de destacar en el cuadro el dolor sereno del Señor y el rostro del verdugo, de raíz italiana, que expresa energía, violencia y odio. Alza Jesús los ojos en patética expresión y separa su cuerpo de la columna y así facilita el juego de luces que ayudará a dar volumetría a la figura y a recortar su silueta en la sombra. Los dedos de ambas manos caen inertes por la presión de la soga.